jueves, 13 de septiembre de 2012

DIEGO JESÚS JIMÉNEZ. IN MEMÓRIAM

                                       

APRECIACIONES-LA TRIBUNA,

Hoy, 13 de septiembre, se cumplen tres años de la desaparición de Diego Jesús Jiménez, el poeta de Priego (Cuenca), uno de los más grandes de los que ha dado la región castellano-manchega. 
Nació el día de Nochebuena de 1942, y pasó su infancia en el pueblo conquense, y a él están ligados para siempre su memoria y su afecto. La Casa de la Cultura del pueblo lleva su nombre. En estos momentos, se están ultimando los detalles para establecer allí una Fundación Cultural dedicada a su obra. Desde el año 2000, la Universidad de Castilla-La Mancha organiza en la localidad uno de sus cursos de verano, Leer y entender la poesía, por el que han pasado a ofrecer lecturas poéticas y conferencias los mejores poetas, estudiosos y críticos literarios del país y, en ocasiones, de otros países. El curso de este verano estuvo dedicado a otro grande de nuestras letras: Félix Grande.   
La obra de Diego J. Jiménez consta de 10 colecciones mayores de poesía y varios ensayos, y está recogida en varias antologías. Recibió numerosos premios, entre otros: el Adonais en 1964 por La Ciudad; el Juan Ramón Jiménez en 1990 por Bajorrelieve; el Nacional de Literatura en 1968 por Coro de Ánimas, y otra vez, en 1997 por Itinerario para náufragos, que también mereció el Premio de la Crítica y el Premio Internacional Jaime Gil de Biedma en 1996. Cultivo también el periodismo y la pintura.
Tres de las personas más cercanas a Diego Jesús, y máximos colaboradores desde el núcleo de la organización de los cursos de verano, los profesores Juan M. Molina Damiani,  Martín Muelas Herráiz y Ángel Luis Luján son autores de dos libros sobre la poesía del poeta conquense.  Los dos primeros recopilaron 59 artículos sobre su poesía, más una breve antología, bajo el título La Poesía de Diego Jesús JíménezEdiciones de la Universidad de Castilla-Mancha, Cuenca, 2007. Ángel Luis Luján realizó en Desde las márgenes de un río. La poesía coral de D. J. Jiménez, Ediciones Litopress, Córdoba, 2006, el más completo y más profundo estudio hasta la fecha sobre nuestro poeta.
Antes, en 2001, Juan José Lanz reunió en un volumen Bajorrelieve e Itinerario para náufragos, Cátedra, Letras Hispánicas, con una amplísima introducción que sitúa a nuestro autor en lo más alto de la creación poética contemporánea.
Las tres publicaciones son, sobre todo, un homenaje y un acto de reconocimiento tanto a la obra como a la persona, y resultan imprescindibles para entrar a conocer este universo poético que se inició hace 70 años en una pequeña localidad conquense y allí sigue creciendo.
            Dos años antes de su muerte, el 17 de octubre de 2007, vino a Albacete a participar en el ciclo de lecturas 5 Poetas en Otoño, que el Grupo La Confitería organiza cada otoño en la Facultad de Humanidades, siendo ésta la única vez que leyó su obra en Albacete. Memorable lectura que incluyó dos de los poemas más sobresalientes escritos en nuestro idioma en las últimas décadas: Calderón de la Barca, 41 y Noche de Navidad. Nos anticipó también el título del libro que llevaba a medio, y ha quedado para siempre inacabado: Eternidad de lo perdido.

domingo, 10 de junio de 2012

APRECIACIONES. Valentín Carcelén.

ANDRÉS Gª CERDÁN, ESPAÑA Y SU INDECENCIA

            Hace poco más de un mes se presentó en La Popular el libro de poemas Carmina, publicado a principios de año, en la colección La rosa profunda de la editorial Nausícaä, con el que el poeta Andrés García Cerdán ganó el XXVI Premio de Poesía Barcarola. Se trata de una gran colección de poemas, de los mejores libros de poesía de entre los publicados últimamente. Rubrica la ascendente trayectoria del poeta de Fuenteálamo y el buen momento de la poesía albacetense actual: pocos días después recibíamos la grata noticia de que otro poeta nuestro, Antonio Rodríguez, ganaba el Premio “Arcipreste de Hita”, y muy recientemente, la semana pasada, Rubén Martín obtuvo el “Hermanos Argensola” y Javier Lorenzo, el “Gil de Biedma”.
            Pero, volviendo a García Cerdán y a su Carmina, se trata de una propuesta valiente, como todas las suyas, escasamente figurativa en muchos tramos, y desoye con acierto los dictados que tratan de uniformizar el planeta poético español de los últimos tiempos, lo que sin duda hace también merecedor de este justo reconocimiento al jurado del certamen y al entorno de Barcarola.
            Es un libro de viajes, y de lenguaje, de metapoesía, con  abundantes referencias culturales y artísticas, y en donde lo local, sabiamente intercalado con lo universal, cobra un especial protagonismo. En este sentido, son poemas sobresalientes, por ejemplo: Aude, Toledo, Verlaine, Clase de Lengua, How to do that trip, Valdemembra o Yeste.
            En el último número de la revista, el 77, de diciembre del pasado año, ya se adelantaban tres de los poemas del libro, y, entre ellos, Lejos, cuyo último verso tomamos prestado como título y como excusa para escribir estas líneas. Es, además, para quien esto escribe, el texto más interesante de la colección, brillante homenaje a Borges, a la literatura y a la lectura como entretenimiento.        
            Precisamente a Borges, siempre inagotable y nunca lo suficientemente ponderado, dedicaba la revista Barcarola en este mismo número un homenaje - no es el primero- con textos de José Mª Àlvarez, José Manuel Martínez Cano y César González. Una de las aportaciones del Borges poeta –tan grande como el Borges narrador, aunque menos conocido- es el recurso de la enumeración caótica. Y son innumerables los poemas del genio argentino en los que abunda este recurso.
            El poema al que aludíamos, Lejos, es claro ejemplo de enumeración caótica al más puro estilo borgeano. Tras comparar, en la primera parte del poema, la lectura con un viaje, y los libros con lugares visitados, en la segunda parte se relacionan historias y personajes literarios, y nombres propios de autores, referentes culturales del autor a quienes también tributa homenaje. La última referencia es para Machado y su “balada del tren”.  El poema termina con “la esperanza de otra vida/ mejor, lejos, muy lejos de España y su indecencia”.
            En un poema vale casi todo, y ni el poema ni el poeta tienen por qué explicarse, pero, por curiosidad, la próxima vez que vea a Andrés le preguntaré si con lo de “indecencia” se refiere a algo en particular, si se trata de un recurso estilístico, o si se deja al lector que interprete lo que estime oportuno. Por pura curiosidad. Aunque yo tengo ya una interpretación.

domingo, 8 de abril de 2012

MERI Y LA FIESTA DE LOS GAZPACHOS




Meri -Emérito Martínez Jiménez- pasó una parte de su juventud como cantante de un grupo de músicos locales que amenizaban fiestas y celebraciones. Probó fortuna incluso en Barcelona durante unos meses. Volvió a su pueblo, Madrigueras, y ofrecía actuaciones musicales con su hermano Primitivo y su primo José Jiménezen las fiestas de los pueblos cercanos. No pudo ganarse la vida como cantante, pero le quedó un gusto para la música y las artes escénicas en general, y unas tablas en el trato con sus semejantes dignas de mención. Le agrada leer poesía.
Hace dos o tres años, hablábamos de pájaros, de jilgueros concretamente, o colorines, como los llamamos en el pueblo. Al día siguiente, le llevé a casa el libro de Eloy Sánchez Rosillo La Certeza, en el que aparece 
un memorable poema sobre un jilguero. "Léete esto, Meri, creo que te va gustar", le dije. Un par de semanas después, me devolvió el libro: "No conocía a este poeta, pero es bueno. Se nota que sabe escribir poemas, y lo más difícil, que sabe mirar las cosas".
Dedicó casi toda su vida activa a la agricultura, y hace ya más de tres décadas montó un bar, que ahora regentan sus dos hijos. En el bar de Meri se cuecen quizá los mejores caracolillos que uno haya probado, aunquea él le satisface especialmente la ternera a la jardinera. Otra tapa que uno no debe perderse aquí es el plato mixto de hígado y riñones a la plancha.
A principios de los ochenta, siendo miembro de la Comisión de Fiestas, propuso un concurso de gazpacho manchego en el cerro de San Jorge, junto a la ermita. A los pocos años, el concurso pasó a ser Gazpachada Popular y es, desde hace más de dos décadas, el evento festivo más importante de nuestras fiestas de Abril,y convoca en el cerro a toda la población de Madrigueras, a los familiares y amigos de otros lugares y a infinidad de visitantes y curiosos, en una jornada lúdico-gastronómica que consigue que durante esas horas aparquemos los problemas laborales, la presión de los exámenes o la preocupación por los agobiantes datos y cifras de la crisis económico-financiera.
A sus ochenta y cuatro años, Meri es lo que siempre ha sido: agradable, entrañable, extrovertido y gran conversador. Hasta hace cuatro días iba a pescar al Pantano de Alarcón; en el bar aún hay una foto suya con un siluro de varias arrobas. Compone e interpreta canciones con su hermano Primitivo y el sintetizador de éste -que merece también página aparte. Yo le pasaba cedés de Miguel de Molina y Angelillo, que él se grababa. Él me regaló un cedé casero con doce de sus canciones que, según reza en la carátula son "Historiade su vida", y que yo guardo en la estantería de los clásicos, junto a los de los ya mencionados, y junto a los de Caracol, Valderrama o la Piquer.
Este sábado, 21 de Abril, tendrá lugar la gazpachada de las fiestas de San Jorge 2012, y, si el tiempo no lo impide, allí estaremos como cada año, en el cerro, todo el pueblo y más, celebrando que seguimos ahí, con ganas de seguir adelante, de superar todos los problemas que puedan ir viniendo, y que no estamos solos. Los más jóvenes no saben que esto se lo inventó Meri, sin saber lo que inventaba. Yo, una vez arriba, echaré algún trago a su salud, que no será ni el primero, ni el último.