domingo, 10 de junio de 2012

APRECIACIONES. Valentín Carcelén.

ANDRÉS Gª CERDÁN, ESPAÑA Y SU INDECENCIA

            Hace poco más de un mes se presentó en La Popular el libro de poemas Carmina, publicado a principios de año, en la colección La rosa profunda de la editorial Nausícaä, con el que el poeta Andrés García Cerdán ganó el XXVI Premio de Poesía Barcarola. Se trata de una gran colección de poemas, de los mejores libros de poesía de entre los publicados últimamente. Rubrica la ascendente trayectoria del poeta de Fuenteálamo y el buen momento de la poesía albacetense actual: pocos días después recibíamos la grata noticia de que otro poeta nuestro, Antonio Rodríguez, ganaba el Premio “Arcipreste de Hita”, y muy recientemente, la semana pasada, Rubén Martín obtuvo el “Hermanos Argensola” y Javier Lorenzo, el “Gil de Biedma”.
            Pero, volviendo a García Cerdán y a su Carmina, se trata de una propuesta valiente, como todas las suyas, escasamente figurativa en muchos tramos, y desoye con acierto los dictados que tratan de uniformizar el planeta poético español de los últimos tiempos, lo que sin duda hace también merecedor de este justo reconocimiento al jurado del certamen y al entorno de Barcarola.
            Es un libro de viajes, y de lenguaje, de metapoesía, con  abundantes referencias culturales y artísticas, y en donde lo local, sabiamente intercalado con lo universal, cobra un especial protagonismo. En este sentido, son poemas sobresalientes, por ejemplo: Aude, Toledo, Verlaine, Clase de Lengua, How to do that trip, Valdemembra o Yeste.
            En el último número de la revista, el 77, de diciembre del pasado año, ya se adelantaban tres de los poemas del libro, y, entre ellos, Lejos, cuyo último verso tomamos prestado como título y como excusa para escribir estas líneas. Es, además, para quien esto escribe, el texto más interesante de la colección, brillante homenaje a Borges, a la literatura y a la lectura como entretenimiento.        
            Precisamente a Borges, siempre inagotable y nunca lo suficientemente ponderado, dedicaba la revista Barcarola en este mismo número un homenaje - no es el primero- con textos de José Mª Àlvarez, José Manuel Martínez Cano y César González. Una de las aportaciones del Borges poeta –tan grande como el Borges narrador, aunque menos conocido- es el recurso de la enumeración caótica. Y son innumerables los poemas del genio argentino en los que abunda este recurso.
            El poema al que aludíamos, Lejos, es claro ejemplo de enumeración caótica al más puro estilo borgeano. Tras comparar, en la primera parte del poema, la lectura con un viaje, y los libros con lugares visitados, en la segunda parte se relacionan historias y personajes literarios, y nombres propios de autores, referentes culturales del autor a quienes también tributa homenaje. La última referencia es para Machado y su “balada del tren”.  El poema termina con “la esperanza de otra vida/ mejor, lejos, muy lejos de España y su indecencia”.
            En un poema vale casi todo, y ni el poema ni el poeta tienen por qué explicarse, pero, por curiosidad, la próxima vez que vea a Andrés le preguntaré si con lo de “indecencia” se refiere a algo en particular, si se trata de un recurso estilístico, o si se deja al lector que interprete lo que estime oportuno. Por pura curiosidad. Aunque yo tengo ya una interpretación.

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